Una calle alejada, sombría. Una luz rojiza ténue y un timbre. Una pareja ávida de nuevas sensaciones y experiencias, dispuesta a todo. ¿Quién no pensó alguna vez en hacerlo? ¿Quién no sintió acaso mínima curiosidad por asomar la cabeza en ese mundo de morbo y fantasía sin tapujos? ¿Acaso no necesitamos probarnos una y otra vez que somos libres, despojados y modernos, reafirmando nuestra autonomía? Adéntrate en la aventura, recorre los pasillos y vericuetos del local, y descubre hasta dónde estás dispuesto a llegar. ¿Te atreves a jugar?