Tras despedir a su amante, Ane, Borja recibe un paquete del cartero, esa persona a la que siempre se le abre la puerta sin dudar. Pero la visita de este cartero no es gratuita. Huele a sospecha. Llega por la tarde y el paquete no tiene remite. Ha venido por un motivo muy concreto: Ane es su mujer.