La desaparición de la fauna marina bajo las contaminadas aguas del litoral catalán arrastra consigo la extinción del oficio de la pesca tal y cómo se ha venido practicando en el Mediterráneo durante siglos. Ramón Costa, junto a sus dos hijos, pertenece a una de las últimas cuatro familias de pescadores artesanales que continúan saliendo a faenar en el puerto de Badalona.