Clara vuelve a la casa de sus abuelos para celebrar la noche de San Juan junto a sus hermanos menores. Mireia, la más joven, se ha instalado en la casa mientras termina sus estudios. Pero a pesar de la ilusión inicial por revivir los veranos de infancia, el viaje se convierte en una rueda de silencios y tensiones cuando los hermanos descubren que Mireia se está prostituyendo con un vecino del pueblo mucho mayor que ella.