Léa debe viajar súbitamente a Girona donde su abuelo paterno acaba de fallecer. Allí le espera su familia, a la que prácticamente no ha visto desde que se marchó al extranjero.
La muerte del patriarca de los Vich i Carbó es la excusa perfecta para forzar la convivencia entre sus descendientes. Los tres días que dura el velatorio, la misa y el entierro son un buen momento para observar ese juego de apariencias de una burguesía conservadora en la que todos los problemas son evidentes pero nunca explícitos.